Sentimos profundamente la muerte de nuestro buen amigo y vecino Juan. Nunca olvidaremos los momentos felices que hemos compartido en todos los veranos pasados en su aldea de Rubiás. Su conversación siempre amena e inteligente, su buen humor y su sabia actitud para disfrutar de la vida. Un abrazo muy fuerte y todo nuestro cariño para María, Carlos, Fabrice y sus familias. Siempre estará en el corazón de aquellos que le apreciamos, y nos sentimos agradecidos de haber disfrutado su compañía.